Conceptos Básicos de Preparación Física del Perro Atleta

Conceptos Básicos de Preparación Física del Perro Atleta
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Conceptos Básicos de Preparación Física del Perro Atleta

Los fundamentos básicos de la preparación física humana están contenidos en la «teoría del entrenamiento» , como en todas las ciencias modernas esta también es multidisciplinaria y se apoya en otras ciencias como la fisiología, la pedagogía la didáctica etc etc. Para establecer la construcción de un programa de entrenamiento racional es necesario fijar parámetros que se pueden modificar solamente en función de la respuesta del sujeto del entrenamiento en este caso el PERRO.

El principio fundamental de todos los mandamientos de la teoría del entrenamiento es el de ADAPTACIÓN o la capacidad de todos los organismos vivientes que a través del desarrollo corporal, funcional, comportamental establecen sus condiciones de existencia de frente a los estímulos del medio ambiente.

El objetivo fundamental del entrenamiento es provocar ADAPTAMIENTOS a nivel fisiológico que comportaran el mejoramiento de la prestación. Estos mejoramientos dependen del dosaje de los ESTÍMULOS , o sea cada modificación en el ambiente natural, social o al interno del individuo que producen excitación o modificación. En el entrenamiento deportivo estos estímulos están representados por el EJERCICIO FISICO.

El profundo conocimiento de las características del ESTÍMULO , que provoca el mejoramiento de la prestación, es uno de los puntos fundamentales de las ciencias deportivas. El conocimiento, aunque mínimo, de los efectos provocados por los estímulos permite el desarrollo de un modelo de metodología.

Los estímulos de un programa de entrenamiento son efectivamente la CAUSA de los RESULTADOS y de su mejoría.

El ESTÍMULO no será nunca ni GENERAL y ni siquiera NO DIFERENCIADO , porque causa una serie de resultados específicos que disminuyen con el crecimiento del estado de entrenamiento.

El ESTÍMULO tiene que ser entonces ESPECÍFICO , o sea determinado de sus propias características y de las características de la reacción que el ESTÍMULO causa.

La reacción depende de las características de los órganos interesados, de la cualidad psicológica del sujeto, de la edad. Del nivel de preparación, del curriculum del entrenamiento a demás que de las condiciones ambientales.

Cada ESTÍMULO crea una reacción especifica, tiene que ser por lo tanto ESPECÍFICO en su aplicación: Para mejorar la RESISTENCIA tendremos que utilizar un ESTÍMULO que mejore la CAPILARIZACION . Para mejorar la VELOCIDAD tendremos que utilizar un ESTÍMULO que mejore el reclutamiento de las fibras de contracción rápida etc. etc.

Solamente el CONOCIMIENTO de la ESPECIFICIDAD de cada ESTÍMULO nos permite la elaboración de un correcto programa de ENTRENAMIENTO.

Después de haber encontrado el ESTÍMULO ESPECÍFICO se debe pasar a la determinación de la INTENSIDAD que representa el grado de empleo pedido al sujeto respecto a sus capacidades máximas en las mismas condiciones.

El nivel de intensidad el FUNDAMENTAL , porque existe un UMBRAL que tenemos que encontrar para poder provocar la reacción de ADAPTAMIENTO , y evitar así la perdida de tiempo y esfuerzos. Este UMBRAL del cual hemos hablado es INDIVIDUAL . Nos podemos equivocar entonces utilizando intensidades muy bajas o muy altas, las cuales no provocaran respuestas adaptativas.

El ESTÍMULO debe también tener una cierta DURACIÓN , el esfuerzo que un organismo desarrolla para cumplir un ejercicio depende de la calidad y de la intensidad, pero es también muy importante por cuanto TIEMPO se mantendrá. Por ejemplo una carrera de velocidad al máximo de las posibilidades se puede mantener por 15/20 segundos y es fisiológicamente imposible mantenerla por 40/50 segundos, en este caso a paridad de intensidad la DURACIÓN es determinante para la construcción del ESTÍMULO ESPECÍFICO.

Otra variable de mucha importancia es la determinación de la DENSIDAD de los estímulos. Esta característica indica la correlación entre el TIEMPO de aplicación del ESTÍMULO y TIEMPO de RECUPERO en la unidad de tiempo. En otras palabras la relación existente entre el TRABAJO y el DESCANSO en toda la unidad del ENTRENAMIENTO.

La DENSIDAD es una característica que se suma a las anteriores, por ejemplo si un ESTÍMULO determinado es correcto por INTENSITA y DURACIÓN la disminución o el aumento del tiempo de RECUPERO entre los ESTÍMULOS provoca efectos diferentes, en estos casos la DENSIDAD puede hacer que los mismos ESTÍMULOS sirvan para alcanzar objetivos diversificados.

Para terminar con la enunciación de las características tenemos que hablar de la CANTIDAD , esta es a mi juicio la única característica del entrenamiento que conoce el aficionado, la que es mas fácil de comprender. Esta representa el conjunto de los datos numéricos de un entrenamiento, o sea la cantidad de repeticiones, la cantidad de tiempo de cada repetición, el tiempo de la duración del recupero etc. etc.

El conjunto de los ESTÍMULOS DE ENTRENAMIENTO forma el CARICO FISICO y es precisamente este CARICO FISICO la causa que crea la RISPOSTA ADAPTATIVA DEL ORGANISMO .

La adaptación puede ser de carácter GENERAL o ESPECÍFICO segun el tipo de ESTÍMULO y de los ejercicio que forman el CARICO.

Tiene que ser muy claro el hecho que los adaptamientos son provocados por el CARICO FISICO y no por el singular EJERCICIO, que no es suficiente para provocar adaptamientos eficaces. Es sobretodo la repetición del CARICO que permite la adquisición de ADAPTAMIENTOS en forma ESTABLE.

Desgraciadamente cuando el empírico pretende de establecer un proceso de entrenamiento de su CAN, tiene en consideración la mayor parte de las veces una sola variable, como dije, y esta es la CANTIDAD porque es la más evidente, non dando importancia a las otras por ignorar que estas existen y que son DETERMINATES para el conseguimiento del objetivo deseado. Cuando este proceso se establece con el atleta humano, este como sujeto protagonista interviene opinando e informando el entrenador en función de las sensaciones percibidas, pudiendo así mejorar o corregir el programa. Nuestro mejor amigo en vez es capaz de darnos la vida para satisfacer nuestras exigencias sin poder opinar……

La curva de sobrecompensación como base del adaptamiento

Durante el proceso de entrenamiento se producen variaciones en el equilibrio dinámico que existe al interno del organismo, este equilibrio es denominado homeostasis, hablamos por ejemplo de la presión, la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal etc. etc.

Cuando entrenamos un organismo algunas funciones se alteran debido al estrés que se produce para satisfacer las necesidades del ejercicio, así por ejemplo para correr 10 km. el organismo del perro utiliza una cierta cantidad de lípidos que serán utilizados como combustible. Hipotizamos que la cantidad de lípidos que se usan para correr 10km sea igual a 10 gramos, o sea que a la reserva natural de lípidos en el organismo (homeostasis) le restamos estos 10 gramos provocando en este modo una situación de estrés, el metabolismo a través de la alimentación tendrá que compensar esa perdida de 10 gramos. La maquina biológica no se contenta de compensar la perdida, en vez piensa que en un breve lapso de tiempo al organismo se le pedirá otro esfuerzo de 10 km., entonces no llena las reservas de 10 g y basta lo hace sobrecompensando y cargando los depósitos de 11g , preparando en este modo el organismo para enfrentar el nuevo ejercicio en mejores condiciones de las precedentes.

La habilidad del preparador físico esta en el establecer el momento mas adecuado donde aplicar un nuevo estímulo, provocando en este modo un «continuo» de efectos positivos. El organismo sigue ciertos ritmos para sobrecompensar, y no son casuales, en el ejemplo precedente para sobrecompensar las reservas de lípidos bastan 24 horas, si en este periodo aplicamos un nuevo estimulo obtendremos una otra respuesta sobrecompensatoria, o sea que los gramos de grasos serán 12 y no 11 como antes. Si se dejan pasar 48 oras las reservas volverán a su nivel inicial (homeostasis) ya que el organismo no sufre desgastes de tal magnitud que puedan justificar una sobrecompensación .

Si en su defecto no se dejan pasar las 24 horas, entonces el organismo tendrá que utilizar otras materias primas para dar energía ya que no se han llenado aun los depósitos de lípidos.

Ya sea en el caso de las 48 horas que en el caso de menos de 24 horas no se obtendrá nunca un verdadero entrenamiento mas simplemente un desgaste de energías y lo que es peor en el segundo caso se puede iniciar un peligroso proceso de superentrenamiento.

Cuantas veces nos sucede que la semana precedente al concurso vemos nuestro perro en gran condición, y en esa semana continuamos a cargarlo de trabajo y el día del evento el perro no tira, no trabaja, esta cansado. Entonces nosotros le damos la culpa a nuestra mala suerte, o corremos al veterinario pensando que el perro esta enfermo. Todos estos son síntomas de superentrenamiento…

Con estos conceptos básicos he querido demostrar que el entrenamiento no es una aproximación. Es una ciencia compleja, no es que si 10km hacen bien 13 hacen mejor, no es igual reposar 20″ o 30″ etc etc. Un pequeño error en la programación puede hace que arruinemos todo un ano de trabajo.

AUTOR

Prof. Omar Beltram

Efectos del entrenamiento físico sobre el organismo del perro –

Un entrenamiento bien concebido tiene por objetivo no solamente mejorar las capacidades físicas y el nivel de rendimiento del perro, sino también hacerlo más resistente a las numerosas afecciones patológicas relacionadas con la práctica deportiva o sus condiciones de trabajo, a veces difíciles.
El entrenamiento produce en el organismo diversas modificaciones que se pueden agrupar esquemáticamente en tres categorías:
– modificaciones metabólicas, que se manifiestan en los diferentes tejidos del organismo;
– modificaciones de los sistemas cardiovascular y respiratorio, por vía sistémica;
– otros efectos, que no siempre se conocen bien en el perro, relativos, por ejemplo, a la distribución de la masa corporal de los órganos loco motores o el equilibrio hormonal del perro.
Modificaciones metabólicas
De manera general, el primer efecto cuantificable de la práctica regular de un entrenamiento es limitar la variación de numerosos parámetros fisiológicos cada vez que el animal realiza un esfuerzo. Este fenómeno atañe a parámetros tan importantes como la frecuencia cardíaca, el hematócrito y las concentraciones de creatincinasa o de lactato. Cuando se orienta el entrenamiento hacia la aerobiosis (resistencia), se observa una desviación progresiva del conjunto de los esquemas metabólicos hacia una mejora de los procesos de oxidación de grasas: bien entrenado, el perro digiere y sobre todo valoriza cada vez mejor los lípidos presentes en su alimentación. De hecho, todo esto proviene de una tendencia a mejorar de los rendimientos energéticos del organismo, de lo que se desprende una manera simple de verificar parcialmente la validez de un programa de entrenamiento, como se expone a continuación.
Durante un esfuerzo físico, la contracción muscular necesita energía; ésta proviene de la liberación de energía química, que se transforma en energía mecánica (movimiento de los músculos). El rendimiento de esta transformación energética dista mucho de alcanzar el 100 %: así como el motor de explosión de un coche calienta cuando funciona, una gran parte de la energía química liberada durante el esfuerzo se pierde como energía térmica, que se acumula en forma de calor en el organismo. En un perro no entrenado, el rendimiento global no supera el 17 %, ya que el 83 % de la energía química inicial se pierde en forma de calor, a través de un aumento pronunciado de la temperatura rectal del perro (que durante un esfuerzo intenso, puede pasar de 38,5 °C a más de 42 CC). El entrenamiento puede aumentar este rendimiento hasta valores que pueden alcanzar el 27 %; en este caso, para un mismo esfuerzo, el aumento de la temperatura rectal del perro es mucho menor. De esta manera, el entrenador puede controlar simplemente la validez del programa de entrenamiento físico del perro, pidiendo al animal que repita una prueba estandarizada a intervalos de tiempo regulares (semana, quincena, etc.) y tomando su temperatura antes y después del esfuerzo. A medida que mejoran sus capacidades físicas, la diferencia de temperatura corporal (temperatura después del esfuerzo -temperatura antes del esfuerzo) debe disminuir, lo que confirma la mejora de los rendimientos energéticos musculares.
Los parámetros hematológicos que reflejan la capacidad de la sangre para transportar el oxígeno pulmonar hacia los músculos (hématócrito, cantidad de glóbulos rojos, concentración de hemoglobina en sangre) también evolucionan a medida que avanza el programa de entrenamiento. Todos estos valores aumentan durante la fase de entrenamiento más intensa y generalmente se estabilizan durante la fase de competición.
Por otra parte, estas variaciones son simultáneas con un incremento del volumen sanguíneo total del perro. En efecto, se ha demostrado que éste aumenta entre el 13 y el 15 % tras sólo dos meses de entrenamiento en resistencia pura.
Estos parámetros eritrocíticos (relativos a los glóbulos rojos) son excelentes indicadores, que ponen de manifiesto la intensidad del estrés acumulativo de entrenamiento y el correcto ajuste de las proteínas alimentarias consumidas por el perro. En efecto, dichos parámetros permiten establecer un diagnóstico precoz de la aparición de anemia del deportista, lo que se produce generalmente al final del período de entrenamiento o al principio del período de competición en animales sobreentrenados y con un nivel de aporte proteico nutricional insuficiente.
Entre los parámetros sanguíneos minerales cuya evolución es útil seguir, se encuentran la concentración plasmática de magnesio y de hierro. Los requerimientos de estos minerales aumentan durante el esfuerzo y, por lo tanto, durante el entrenamiento. Esto puede provocar una disminución de los niveles plasmáticos, responsable de fenómenos de excitación tetaniforme, en el caso del magnesio, y de un aumento del riesgo de anemia en el deportista, en el caso del hierro.
En la célula, los factores involucrados en el metabolismo aerobio experimentan diversas adaptaciones mayores en respuesta a la aplicación de programas de entrenamiento en resistencia: – aumento del contenido de mioglobina de las fibras musculares; la mioglobina, pigmento semejante a la hemoglobina de la sangre, actúa como un reservorio de oxígeno intramuscular y mejora la difusión de éste hacia las mitocondrias, sitios de oxidación intracelular;
– transformación progresiva de las fibras musculares «rápidas» en fibras musculares «lentas», siendo imposible lo inverso; por lo tanto, con el transcurso
– del tiempo, un «sprinter» puede mejorar sus cualidades aerobias y evolucionar hacia un trabajo de semifondo o de fondo pero lo contrario no es posible;
– mejora de la oxidación de los lípidos y del glucógeno por aumento del número y del tamaño de las mitocondrias en las fibras musculares estriadas e incremento de la concentración de enzimas del ciclo de Krebs o de la cadena respiratoria;
– aumento de las reservas de triglicéridos (lípidos) intramusculares, de la liberación de ácidos grasos por el tejido adiposo durante el esfuerzo y de la acti
vidad enzimática de transporte y de degradación de estos ácidos grasos en la célula muscular;
– mejora del potencial enzimático antioxidante del músculo, permitiendo que éste luche mejor (aunque a veces de manera insuficiente) contra las con secuencias de la liberación de radicales libres y del estrés oxidativo de membrana inducido.
El metabolismo anaerobio también mejora con el entrenamiento, tanto el que depende del sistema anaerobio aláctico como del sistema anaerobio láctico:
– aumento de las reservas de fosfágenos (ATP, fosfocreatina);
– mejor activación de las enzimas de la vía anaerobia láctica;
– mejor tolerancia del perro a la acumulación de lactato en el músculo y en la sangre.
Modificaciones cardiovasculares y respiratorias
Al igual que los músculos esqueléticos, el corazón se adapta a las variaciones del grado de actividad física. El corazón del perro tiene un tamaño y un volumen considerables; así, su peso expresado en porcentaje del peso corporal oscila entre el 0,75 y el 0,80 %, frente a sólo el 0,5 % en el hombre. Sin duda, el récord corresponde al Greyhound de carrera, con un peso cardíaco relativo de entre el 1,2 y el 1,4 % del peso del cuerpo. La frecuencia cardíaca máxima de un perro durante un esfuerzo varía entre 310 y 340 latidos/minuto, mientras que en el hombre, sólo varía entre 170 y 210 latidos/minuto. El corazón humano, más rico en fibras musculares lentas, tiene un poder contráctil menor pero gasta menos energía que el corazón del perro.
El entrenamiento de resistencia ocasiona un aumento considerable del volumen cardíaco (lo que también se observa si se compara el conejo con la liebre), lo que produce un incremento del volumen cavitario ventricular y del volumen de eyección sistólico. En cambio, en el individuo que no participa en pruebas de resistencia, el corazón posee una cavidad ventricular de tamaño normal pero con una pared más gruesa. Este último elemento estaría relacionado con un aumento de la vascularización del miocardio bajo el efecto del entrenamiento, que puede contribuir para prevenir todo fenómeno isquémico.
Se sabe desde hace tiempo que la frecuencia cardíaca es particularmente baja en los individuos entrenados (especialmente en resistencia). En efecto, con un entrenamiento regular, un individuo es capaz de garantizar un gasto cardíaco dado, tanto en reposo como durante un esfuerzo, disminuyendo la frecuencia cardíaca pero aumentando el volumen de eyección sistólico, lo que reduce el gasto energético y el consumo de oxígeno del miocardio, En cambio, el entrenamiento no parece influir en la frecuencia cardíaca máxima; como mucho, ésta es ligeramente menor en los perros entrenados en resistencia, debido probablemente a factores constitucionales. La ventilación pulmonar prácticamente no se modifica con el entrenamiento, contrariamente a lo que se suele pensar; sólo se observa una ligera disminución de la frecuencia respiratoria, debida a una mejor eficacia ventilatoria global.
Noción de potencia máxima aerobia
La potencia máxima aerobia se define como «el consumo máximo de oxígeno (Vc2max) de un individuo durante la actividad muscular, al inhalar aire al nivel del mar». Si se expresa esta potencia por unidad de peso corporal, se puede evaluar la capacidad del individuo para mover su cuerpo. El cálculo del consumo máximo de oxígeno con respecto al peso y por unidad de tiempo de carrera (mi de oxígeno por kilogramo y por minuto: mi C^/min/kg) o, de manera más compleja, por kilogramo de masa magra, con respecto a la masa muscular, al volumen sanguíneo o a parámetros del mismo tipo, permite estudiar las relaciones entre la función y las dimensiones del sistema puesto en marcha.
La determinación del consumo máximo de oxígeno proporciona información sobre:
– el aporte máximo posible de energía de origen aerobio (oxidación de grasas en el perro) por unidad de tiempo;
– la capacidad funcional de la circulación, dado que se sabe que existe una correlación estrecha entre el gasto cardíaco máximo y la potencia máxima aerobia.
Durante el ejercicio prolongado, se constata une correlación estrecha entre el consumo máximo de oxígeno y la cantidad de trabajo producida (capacidad máxima aerobia). El consumo de oxígeno que el organismo puede realmente soportar representa un porcentaje del consumo máximo, tanto más bajo cuanto más prolongado es el ejercicio.
Actualmente, se comienzan a adaptar al perro pruebas definidas en el hombre que comprenden un ejercicio submáximo, con el fin de evaluar la capacidad funcional del conjunto del sistema de transporte de oxígeno:
– determinación directa del consumo de oxígeno del perro colocado sobre un tapiz rodante o cinta sinfín y con una máscara que permite medir los flujos de aire y recuperar el aire espirado en una bolsa o directamente en un analizador;
– búsqueda de correlación significativa entre un parámetro fisiológico y la «VC2max» (frecuencia cardíaca, cociente respiratorio, lactacidemia);
– sistema telemático de medida de intercambios gaseosos respiratorios.
Una colaboración científica reciente entre la UMES, el laboratorio de fisio logía de la Escuela Nacional de Veterinaria de Lyon, el laboratorio de fisio
logía deportiva de la Universidad de Auvernia y la Sociedad Cosmed, hizo posible adaptar un sistema telemático de medida de intercambios gaseosos
respiratorios al perro de trabajo. De manera muy esquemática, este sistema (K4) comprende una máscara facial, especialmente concebida para el perro por la UMES, que posee un flu jómetro de turbina y un electrodo de oxígeno de tipo pola-rográfico, que permite realizar determinaciones instantáneas de la concentración en oxígeno en el aire inspirado y luego espirado por el animal. Un emisor transmite a distancia los datos a un ordenador mientras que un sistema de telemetría cardíaco proporciona un registro simultáneo de la frecuencia cardíaca durante el esfuerzo. El alcance de emisión es del orden de 800 metros y el peso total del sistema no supera los 800 gramos.
Gracias a este sistema, es probable que próximamente se puedan delimitar mejor en el perro las nociones de potencia máxima aerobia y consumo máximo de oxígeno, objeto de numerosos trabajos en el hombre pero importante factor limitante del desarrollo actual de los conocimientos en materia de fisiología canina deportiva. Esto tal vez permitiría su aplicación práctica futura en el perro.
Sea como fuere, un entrenamiento de resistencia bien concebido debe permitir que el perro:
– aumente considerablemente su VC2max y, por lo tanto, su potencia máxima aerobia;
– incremente, debido a esto, la valorización de las grasas de la ración (mejor rendimiento energético, aumento del tiempo de trabajo antes de que aparezca la sensación de fatiga física).

Otros efectos del entrenamiento
Además de la adaptación al esfuerzo de las diversas funciones involucradas en el metabolismo energético global, el entrenamiento modifica otras estructuras orgánicas o funcionales.

Órganos locomotores
El grado de actividad regular influye, en primer lugar, en los órganos locomotores. El punto débil del conjunto hueso-ligamento-músculo es la zona de inserción tendinosa o ligamentaria en el hueso. La práctica regular de un entrenamiento aumenta sensiblemente su solidez. Se observa también un aumento de la masa muscular por engrosamiento de las fibrillas, sin aumento del número de fibras por músculo. La práctica de un entrenamiento bien concebido también aumenta la eficacia de las articulaciones y los cartílagos. Sin embargo, en el cachorro en período de crecimiento, un entrenamiento de alta intensidad inhibe el crecimiento óseo (en longitud y en grosor), lo que se traduce en un aumento de la densidad ósea. Por esto, nunca se debe comenzar un entrenamiento de fondo demasiado temprano en la carrera deportiva del perro. Para hacerlo, se deben respetar las edades mínimas siguientes: 8 meses para un perro de talla pequeña, 10 meses para un perro de talla mediana y 12 meses para un perro de talla grande.

Consecuencias endocrinas
Las consecuencias hormonales del entrenamiento son numerosas pero muy controvertidas, debido a las dificultades de estudio que se encuentran. Si bien las hormonas desempeñan un papel importante en la regulación del metabolismo energético, por ahora es necesario ser prudente con respecto a ciertas hipótesis o ciertos resultados, dado que, además del entrenamiento, existen otros factores de variación (condiciones precisas del esfuerzo, modificaciones circulatorias en cada órgano, estrés, nivel de las reservas energéticas e hídri-cas, etc.).
Debido a estas numerosas modificaciones hormonales, la masa corporal del perro tiende a modificarse con el entrenamiento:
– disminución de la cantidad total de grasa;
– aumento de la masa muscular magra;
– disminución de la masa total en el adulto.
Sin embargo, hay que relativizar el alcance de estos efectos biológicos a largo plazo del entrenamiento, dado que diversos factores, que se abordarán a continuación, influyen de manera más o menos clara sobre las consecuencias fisiológicas del entrenamiento.

Factores de variación de las consecuencias del entrenamiento
Las consecuencias biológicas del entrenamiento dependen principalmente de tres factores:
– la intensidad de las sesiones de entrenamiento;
– su frecuencia y la duración del programa;
– los límites físicos propios de cada individuo determinados por la genética.

Intensidad del entrenamiento
Ya sea en entrenamiento continuo o por intervalos, la intensidad del trabajo que se impone al animal condiciona la mejora del estado físico que se obtiene. Así, las modificaciones bioquímicas y las modificaciones de los órganos locomotores mencionadas anteriormente son más pronunciadas en los entrenamientos de alta intensidad. La única excepción a esta regla parece ser la disminución de la frecuencia cardíaca, la cual está más bien relacionada con la frecuencia y la duración del programa.

Frecuencia de las sesiones y duración del programa
El efecto más destacado de estos dos aspectos se manifiesta con respecto a la frecuencia cardíaca durante el ejercicio. Cuanto más largo es el programa de entrenamiento y más frecuentes son las sesiones, más pronunciada es la disminución, en función del tiempo, del incremento de la frecuencia cardíaca provocado por un mismo ejercicio. Por el contrario, es inútil realizar varias sesiones de entrenamiento por día, lo que incluso puede resultar muy perjudicial para el rendimiento deportivo, al afectar conjuntamente a la capacidad aerobia, la frecuencia cardíaca y la concentración sanguínea de hemoglobina (inducción del síndrome de anemia del deportista).

Límites genéticos
La constitución genética del animal limitará siempre sus capacidades fisiológicas y funcionales, incluso cuando éstas se explotan adecuadamente. Así, se estima que la distribución del tipo de fibras musculares (rápidas o lentas) está genéticamente determinada en el 95 % y que este valor es de aproximadamente el 82 % para la capacidad anaerobia láctica y del 86 % para la frecuencia cardíaca máxima.
La conclusión fundamental que se desprende de los elementos que se han proporcionado al lector es la especificidad del entrenamiento al que se somete al perro. Esta especificidad está determinada por factores metabólicos y neuromusculares, que es conveniente conocer antes de comenzar un programa de entrenamiento eficaz. Los datos presentados en este trabajo sólo constituyen simples elementos básicos. Es de esperar que en el futuro se obtenga una mejor estandarización de los programas de entrenamiento del perro de deporte.

DOPING Y AYUDAS ERGOGÉNICAS EN EL PERRO
Fecha 29/5/2004 11:39:53 | Tema: Salud y Veterinaria
«Se da el nombre de doping a la administración, por cualquier vía, de substancias extrañas o fisiológicas en dosis anormales, con objeto de obtener un aumento artificial del rendimiento del individuo durante la competición»
Autor del artículo: Amalio Lasheras

Definición de doping
En la reunión de especialistas sobre doping celebrada en el año 1965 en Estrasburgo, se dio la siguiente descripción: «Se da el nombre de doping a la administración, por cualquier vía, de substancias extrañas o fisiológicas en dosis anormales, con objeto de obtener un aumento artificial del rendimiento del individuo durante la competición». Aunque esta es una definición pensada para el ser humano, es aplicable igualmente a los animales.

AYUDAS ERGOGÉNICAS O ALTERNATIVAS NATURALES AL DOPING
En cambio la expresión «ayuda ergogénica» abarca todas las sustancias y métodos inocuos que intentan mejorar el rendimiento, sin contar al entrenamiento. Abarca sobre todo los elementos que mejoran los procesos de recuperación. Las substancias fisiológicas no se consideran generalmente doping, pues no actúan aumentando el rendimiento del individuo, sino solamente substituyendo los elementos gastados. La administración de hormonas corresponde sin duda al concepto de doping. La de vitaminas, minerales y oligoelementos, creatina, carnitina, etc., no entraría, pues, en el grupo de doping.
Por las circunstancias particulares del perro sólo estudiaremos como doping la administración de hormonas, de derivados arsenicales y de tranquilizantes. El alcohol, las cafeínas, teobrominas, colas y otros estimulantes como las aminas, los modificadores del sistema circulatorio…, no tienen ninguna acción sobre el perro de exposición. Sí la tendrían, y para eso habría que recurrir a literatura especializada, entre perros sometidos a grandes esfuerzos, galgos, perros de trineo, etc., lo que no constituye nuestro caso. Un caso aparte lo constituye la administración de creatina. Esta sustancia mejora la recuperación entre entrenamientos y de lesiones, mejora la fuerza y agrega masa muscular, no se detecta por los métodos actuales y, sobre todo, no tiene ningún efecto secundario conocido.
En algunos países, como Francia y EE. UU., la prohibición de tomar anabolizantes es de ley para el ser humano, en otros, la tolerancia beneficia a los interesados, con lo que pueden contar con apoyo médico. La prohibición ha frenado y dificultado la información, dejando filtrar de una manera interesada sólo los aspectos negativos de la cuestión. Después de más de cincuenta años de uso se tienen pocas noticias de daños, por lógica esto ha hecho que no se adopten las precauciones que se tomarían si hubiera una información bien equilibrada.
Los médicos y los atletas saben muy bien que no se dice toda la verdad, que la prohibición tiene como principal finalidad contentar a una opinión pública mediatizada por la prensa y por la interpretación interesada de los directivos deportivos profesionales. Esto ha hecho que entre las personas que quieren <<enterarse>>, la información oficial haya perdido credibilidad por lo que tiene de dirigida, y que las contraindicaciones no sean tan creídas como debiera ser. Pero la consecuencia más grave de la prohibición ha sido que ha frenado la investigación.
Con los animales, por la carencia de legislación, se puede contar abiertamente con la colaboración de los veterinarios. Cualquier tratamiento debe incluir, como requisito indispensable, el asesoramiento de un especialista de medicina veterinaria, simplemente, por el bien del animal.
Hay que hacer notar que después de las carreras, tanto de galgos en pista con señuelo artificial, como en campo con liebre, es obligatorio efectuar pruebas antidoping.

PRINCIPALES TIPOS DE DOPING

Los esteroides anabolizantes
Los anabolizantes empezaron a ser usados por los alemanes para mejorar el rendimiento de sus tropas durante la II Guerra Mundial. Los rusos fueron los pioneros en su empleo para mejorar los logros atléticos e, inmediatamente, les siguieron los norteamericanos y todas las naciones que daban importancia a los resultados deportivos como un medio de promoción nacional.
Intrigado por los éxitos de los atletas rusos el norteamericano Dr. John Ziegler indaga entre los médicos rusos, uno de estos le revela el uso de los anabolizantes, lo cual le costó la destitución inmediata. El Dr. Ziegler, de vuelta a los Estados Unidos, desarrollo el Dianabol (metandrostenolona), bajo el patrocinio de los laboratorios CIBA, es un anabolizante de efectos muy parecidos a la testosterona. Aunque se ha dejado de fabricar en algunos países, como en los EE. UU. y en casi todos los de Europa, sigue produciéndose en Brasil, México y en Bulgaria. Es altamente aromático y sumamente tóxico.
Los esteroides anabólicos tienen, como toda medicación efectiva, contraindicaciones. Si no las tuvieran, cumplirían un papel en la sociedad que se saldría del campo de la medicina pura y daría pie a la de una nueva especialidad de medicina: la medicina utópica. La humanidad ha estado buscando desde donde se tiene memoria panaceas que le permitan no envejecer, fortalecerse con un mínimo esfuerzo, acortar las convalecencias que conllevan inmovilizaciones prolongadas y facilitar la recuperación muscular, en gerontología…, y para todo esto se emplean los anabólicos pero…, hay contraindicaciones, y graves.
La prohibición del uso de estas substancias ha impedido que esas contraindicaciones desaparezcan. Los anabolizantes no han evolucionado desde los años 50, después de este largo período de tiempo siguen usándose incluso con las mismas denominaciones comerciales que hace cincuenta años.
Unas leyes inapropiadas han fomentado el empleo incontrolado entre los atletas de las llamadas substancias dopantes y estas mismas leyes han conseguido que los usuarios se automediquen, sigan su propio tratamiento con ideas obtenidas al azar y sin ningún soporte científico.
Las hormonas sexuales masculinas y sus derivados de síntesis estimulan la formación de proteínas nuevas y, por lo tanto, de músculo, con todas las ventajas que esto lleva añadido, como aumentos de fuerza, resistencia, y vitalidad en general que se traduce en elementos añadidos y aparentemente tan alejados del tema como mejoras en la calidad del pelo. El mecanismo es consecuente con la retención de nitrógeno. Los hidratos de carbono, los cuerpos grasos y las proteínas están formados por átomos de oxígeno, de hidrógeno y de carbono, pero solo las proteínas contienen nitrógeno. En conclusión, la retención de nitrógeno produce mayor cantidad y calidad de músculos.
No hay que equivocase: los anabolizantes tomados solos y sin ejercicio producen muy pocos beneficios. La influencia de una toma regular de anabolizantes por el tiempo mínimo necesario de dos a doce semanas sólo se manifiesta si el entrenamiento es de alta intensidad. También es necesario un entrenamiento fuerte previo, con una buena puesta en condición física anterior a la medicación.
Una de las utilizaciones típicas del doping es la confesada por un matrimonio de expositores, ganadores de premios nacionales e internacionales, ambos, aparentemente muy preparados y con profesiones relacionadas al tema que nos ocupa. Él, Profesor de Educación Física, ella, Doctora en Medicina. En nuestra conversación, de una tertulia animada y relajada pasamos a una, llamémosla, mesa de trabajo. Confesaron ser contrarios al ejercicio sistemático en sus perros, en cambio aconsejaron medicarlos con anabolizantes. Lo hacían incluso con hembras. En este caso se daba una deliberada falta de ética para con sus animales, ya que, por sus profesiones, tenían que tener conocimientos suficientes sobre la materia para saber que es lo que decían.
Las dosis terapéuticas en el ser humano corresponden a 5, 10, 20 mg por vía oral al día, según sea la composición del medicamento. A estas dosis no se han observado reacciones negativas. Un problema añadido es que algunos pretendidos campeones están utilizando dosis masivas diarias que superan 1mg/Kg. de peso corporal. A esas dosis los efectos pueden ser negativos y no son aconsejables. La toma por inyección presenta menos riesgos para el hígado y los riñones. El filtro que el hígado ejerce hace que haya que tomar dosis menos elevadas si la toma se hace por inyección. Cuando la medicación se lleva a cabo de esta manera sólo trabaja el hígado en el camino de vuelta. Es por lo tanto más efectiva y menos tóxica. La suspensión del tratamiento supone una regresión paulatina al estado físico previo al tratamiento.
Los tratamientos hormonales bajo dirección médica o veterinaria para competición, cuando hay control antidoping y para enmascarar, comprenden tres fases: la primera, con anabolizantes de origen sintético, es la fase más efectiva, pero la más detectable; la segunda, con hormonas animales, sigue siendo efectiva y mucho más difícil de detectar y, sobre todo actúa como colchón para la tercera fase, que se hace sin ningún producto y siguiendo una medicación de recuperación. Entre otras cosas hay que pensar que durante la duración del tratamiento la secreción natural del propio organismo se adormecerá. La fase posterior recuperadora consiste en determinadas medidas encaminadas a la normalización del cuerpo.
El enfoque que damos a la ética genética es una característica importante que diferencia al perro del ser humano, lo que quiero decir se refiere a la facultad de controlar la genética de los perros y de otros animales, cosa que hacemos con plena libertad y que ha propiciado la aparición de las razas y que no es posible realizar con el ser humano esencialmente por motivos culturales, esto hace que en el hombre la genética sea obra de la casualidad y en el perro no. No obstante vale un ejemplo en el que vamos a usar la experiencia con humanos, para ver más claro lo que puede hacer el ejercicio a edad temprana en nuestro perro. Si tomamos como referencia a tres gemelos univitelinos u homocigóticos (humanos) a una edad temprana, pongamos a los seis años, uno va a entrenar intensamente para ser un buen nadador, otro un gimnasta de élite y el tercero se queda sin hacer ejercicio. Cuando estos seres lleguen a la edad adulta veremos unos individuos con unos cuerpos totalmente diferentes a pesar de su identidad hereditaria total. Esto nos indica los cambios que pueden experimentar cuerpos idénticos con un enfoque de la actividad física diferente, y es de notar cual será el menos favorecido de los tres hermanos. Con el perro no tiene por que ser diferente aunque todos sabemos que un galgo siempre será un galgo y otro perro siempre será idéntico a su raza. Es en esto en lo que confía la mayoría de los propietarios de perros: exclusivamente en la genética.

Efectos de los esteroides anabolizantes
El efecto principal de los anabolizantes se basa en que fijan el nitrógeno en los músculos. El nitrógeno es el principal componente que diferencia a las proteínas de los hidratos de carbono y de las grasas. Al aumentar la retención de nitrógeno aumentan el volumen, fuerza y demás cualidades positivas de la musculatura. Hasta aquí todo serían reacciones positivas. La parte negativa es el aumento de la tendencia a dolencias cancerosas, a quistes, sobre todo en razas ya predispuestas, como los bóxer y otros, disminución de la potencia sexual, acné (también en los perros), alteraciones en las funciones hepáticas y retención hídrica en algunos pocos casos, sobre todo si se usan testosteronas o combinaciones de esteroides anabólicos con otros medicamentos. Éste no es el tema del clembuterol, el cual, mezclado con esteroides produce una sequedad muscular muy acusada sin pérdidas de volumen. Sin embargo el clembuterol puede producir calambres, temblores musculares, arritmias y un exceso de nerviosismo, en ningún caso es aconsejable.
A todas estas contraindicaciones hay que añadir que en los perros los controles y recuperaciones son mucho más difíciles de efectuar, entre otras cosas por falta de veterinarios especializados en este tema. Por ejemplo, yo no he visto que se mande a ningún perro en fase de recuperación y después de una medicación por anabolizantes, HCG (hormona coriónica), HMG o sustancias equivalentes que se usan en deportistas para eso, para fines semejantes a los de los anabólicos y para recuperar la función de producción endógena de testosterona reducida por la toma de anabólicos. Los anabólicos pueden producir en las perras trastornos que les impidan ser madres. Tampoco conozco ningún caso en el que se hallan hecho análisis para comprobar las transaminasas después de un ciclo.
El único doping estudiado en veterinaria y perseguido es el que se emplea en ganadería para engorde de las reses, esto hace que sea un tipo de dopaje que no nos sirva como punto de referencia para los animales de compañía, pues aquellos son sacrificados muy jóvenes y, por lo tanto, no se les puede hacer un seguimiento a lo largo de toda la vida. Además, la persecución que sufre este tipo de manipulación es de carácter alimentario y se relaciona con la ingestión de la carne de estos animales por el ser humano y las consecuencias sobre su salud, no sobre la del animal.
Solamente los caballos de carreras y los galgos y perros de trineo tienen controles antidoping de tipo deportivo. Entre los perros, tres son las actividades con este tipo de control: las carreras de galgos de pista y campo, el esquí-pulka y las carreras de trineos, todas ellas con tiempo cronometrado. No es el caso de los perros de compañía y de exposición, ni de los de trabajo.
Ejemplos de los efectos de algunos anabolizantes:
• El Delatestryl o enantato de testosterona. Junto al cipionato de testosterona o Depo-Testosterona es el éster de testosterona de más larga duración. Aromatizan (1) y son hepatotóxicos. No son aconsejables en ningún caso.
• El Undecanoato de testosterona. Es absorbido directamente por el intestino, no pasa el portal hepático y por lo tanto no es hepatotóxico, la desventaja que tiene es que hace falta tomar grandes cantidades para que haga efecto. Solamente está disponible en forma oral.
• El Ciclopentil propionato de testosterona y el Propionato de testosterona tienen prácticamente los mismo efectos que el Undecanoato de testosterona, con dos variante: la de efecto prolongado y la de efecto inmediato, pero de acción más limitada en el tiempo. Viene en dos preparados comerciales: el Textex Elmu prolongatum 250 y el Textex Elmu.
• El Winstrol y Stromba no aromatizan (es el mismo preparado con nombre diferente) Es prácticamente el único que se conoce en el mundo del perro en el ámbito popular. Tiene poco potencial androgénico (2) (lo que en realidad no tiene importancia en los perros) a bajas dosificaciones, pero para que haga efecto las dosis tienen que ser necesariamente altas, con lo que su efecto aumenta notablemente. Es hepatotóxico por lo tanto totalmente contraindicado. Define la musculatura, pero influye poco en el tamaño del músculo. Un inconveniente añadido es que se cristaliza con facilidad, produciendo quistes de difícil disolución.
• Si se usa el Anavar son necesarias grandes dosis para que haga efecto y en ese caso es virilizante. Definición y potencia, poca cantidad de músculo.
• El Durabolín y el Deca-Durabolín. El Deca permanece durante mucho tiempo en el cuerpo y por lo tanto sería fácilmente detectable si se hicieran análisis, pero a cambio produce efectos de larga duración. Están sujetos a aromatización, pero sus efectos son altamente anabólicos. No es hepatotóxico. Produce tamaño y muscularidad.
• La Bolderona 50 es un preparado veterinario con efectos similares al Deca-Durabolín, pero menos detectable.
• El Dianabol o Danabol. Normalmente no está disponible en inyectable, hoy sólo se fabrica en algunos países de la Europa oriental y en Brasil y México. Es muy aromático y altamente tóxico, lo que se acentúa si se toma por vía oral. Es altamente anabólico. Produce tamaño y aumentos de peso.
Normalmente los anabolizantes se toman combinando dos, o incluso tres preparados diferentes para entrelazar sus efectos y obtener durante el período de tiempo entre dosificaciones distintos picos máximos. Las cantidades suben o bajan según la programación. No es normal que se tomen porciones fijas en cada dosificación de dicha programación.
Los anabolizantes hormonales no deberían utilizarse nunca más que bajo dirección veterinaria y con todas las garantías de efectuar las recuperaciones necesarias que son indispensables para garantizar la salud del animal.
Pero no todo es negativo con relación a los anabolizantes, en casos muy específicos de recuperación de fracturas óseas, en algunas razas de crecimiento exagerado (aunque lo que debería hacerse es desartificializar la talla) en los que es necesario emplearlos para romper con el circulo vicioso del ejercicio necesario para su desarrollo y de la rapidez del crecimiento que impide cumplir con este requisito, en algunos cachorros de determinadas razas que padecen incipientes displasias, etc.
En la actualidad se está poniendo en boga la utilización de la Hormona del Crecimiento, HC, para hacer crecer aún más a perros de razas gigantes, no deja de ser un fraude genético, pues esa altura falsamente adquirida no se transmitirá a la descendencia. Esta hormona se puede utilizar también para desarrollar la musculatura y para aumentar el rendimiento físico, pero aparte su posible toxicidad es prohibitiva por su altísimo precio y, además, muy difícil de usar.

Derivados arsenicales
El ácido acetarsónico y similares, prácticamente desaparecidos en la actualidad en los vademécum por sus implicaciones sobre la salud, se usaron durante bastante tiempo con objeto de mejorar la calidad del pelo en las razas de pelo largo o semilargo. Se sigue empleando allí donde el pelo ocupa una posición importante a la hora de ser evaluados.

Tranquilizantes
Algunos tranquilizantes del tipo diazepan, acepromazina, etc. son empleados bastante habitualmente por los handler profesionales para tranquilizar a sus perros de cara a las exposiciones. Estos tranquilizantes tomados como norma pueden producir daños a las células musculares a causa de la creatinfosfocinasa concentrada en la sangre. También hay que vigilar las depresiones respiratorias.

Otros tipos de DOPING
El doping sanguíneo, los estimulantes, el doping bioenergéticos, los betabloqueantes y otros, no son empleados normalmente más que en los galgos y perros de trineo y de trabajo, nunca en los de exposición. Los antiinflamantorios se pueden considerar medicación o doping, y tampoco tiene objeto su uso en perros de exposición, como no sea que estén en tratamiento por alguna lesión. Su falta de uso en los perros que estamos tratando, el complicado equipo que requiere el empleo de algunos de ellos, y el alto precio que tendría su aplicación, hace que no merezca la pena que nos refiramos a ellos.

Doping sorpresa
Si hiciéramos unos análisis a nuestros perros seguramente nos llevaríamos un susto: muchos darían positivo en anabolizantes hormonales.
Esto no es nuevo, en controles hechos a galgos de competición en EE.UU. los resultados fueron de sorpresa: un porcentaje altísimo dio positivo en procaína. Investigaciones posteriores demostraron que la alimentación cárnica que se les daba, con hasta 750 gramos de carne por perro, y por lo tanto ciertamente muy rica en proteínas, pero compuesta por productos desechados para el consumo humano: dicha carne estaba tratada con inyecciones de penicilina-procaína.
Hace unos pocos años, los análisis hechos a una conocida marca de alimentos secos que presumía de dar resultados impresionantes para el pelo, descubrieron que en su composición entraban dosis de arsenicales. Cuando cambiéis a un alimento que os dé resultados sorprendentes, inmediatamente llevarlo a analizar. No fiaros de los milagros.
En cualquiera de los dos casos anteriores la buena fe de los propietarios se vio afectada por causas ajenas a ellos.
Otro ejemplo de lo que puede hacer una comercialización poco ética es lo que se descubrió en España en un control de doping previo a los juegos de Sydney. Algunos laboratorios estaban metiendo anabolizantes para poder «presumir de que su creatina era la que más peso muscular daba». No salió a la luz pública, pero el Consejo Superior de Deportes lo avisó a todos los médicos de federaciones deportivas.

¿Un mundo feliz?, ¿Cómo afectará a nuestro entorno la potenciación de los conocimientos genéticos? Doping genético

Hay que preguntarse cómo variarán los rendimientos, el aspecto externo, la geriatría y la medicina tanto humana como animal, la ganadería… con la utilización de métodos genéticos. En la mayoría de los países desarrollados la investigación de terapias génicas constituye, por razones obvias, un campo intenso de estudio. En el futuro en lugar de tratar las enfermedades musculares por medicación se ofrecerá al organismo la oportunidad de sanarse a sí mismo dándole los medios para producir las proteínas necesarias para su curación. Se trata de estrategias viables desde el momento en que se están obteniendo copias artificiales de genes. Tales genes podrán introducirse en el cuerpo sustituyendo a los defectuosos.
Al igual que los genes naturales, los artificiales son de ADN. En teoría se podrían administrar de varias maneras. El camino directo sería inyectar el ADN en el músculo. El gen determina algunas de las proteínas y hormonas de señalización que estimulan el crecimiento del músculo. El acervo genético de las fibras musculares se enriquecería con la aceptación del nuevo ADN.
Otro medio más eficaz sería el uso de virus como medio de transporte de la carga génica al núcleo celular, considerando al virus como un conjunto de genes envueltos en una cácside proteica capaz de unirse a una célula y transmitírselos.
Uno de los problemas de este sistema es que el ADN artificial penetrará también en las células sanguíneas y hepáticas, comportando efectos secundarios. Por ejemplo: podría producir insuficiencias cardíacas por una cardiomegalia. Para evitar este problema se está trabajando en otra línea que consistiría en la extracción de los tipos celulares específicos, hacer la incorporación en el laboratorio y reintroducir las células en el organismo. Otro obstáculo previsible será la relativa fragilidad de los tendones con respecto a los músculos en los que se insertan, se podrán producir roturas de éstos, que no se hubieran dado en circunstancias normales con los músculos «naturales», ante el, para ellos, brutal aumento de tracción de los músculos modificados artificialmente.
Se podrán obtener resultados y transformaciones difíciles de obtener por medios naturales, así se podrán cambiar las fibras IIa (fibras rápidas) en I (fibras lentas) y a la inversa. Otro aspecto importante a contemplar es la manipulación de los genes de miosina presentes en el genoma canino que, sin embargo, no se pueden manifestar naturalmente. Esos genes son vestigios archivados de ciertos tipos de miosina que debieron dotar a los antepasados de nuestros perros de tejidos musculares con otra calidad y de otras propiedades útiles para su vida silvestre y que podría ser interesante recuperar
Los genes artificiales producirán proteínas idénticas a las naturales que no se podrán detectar a menos que se conozca el genoma de las células modificadas. Sólo se podrán identificar por medio de una biopsia: nos tememos que estas manipulaciones no se podrán detectar y escaparán a todo control.
Claro que por el momento todo esto son meras especulaciones.

Estimulación natural y ayudas ergogénicas
Estimulación natural

La estimulación más natural es la práctica de una actividad física de alta intensidad

La precocidad en el entrenamiento transforma radicalmente y de manera positiva la capacidad del organismo para producir hormonas de una manera natural. Según experimentaciones efectuadas por rusos, alemanes de la antigua Alemania del este y búlgaros con seres humanos, cuando se comienza a entrenar a niños de 10 años de edad con intensidad, se consigue cuando llegan a adultos, que los niveles de producción de testosterona que el organismo produce de manera espontánea se eleve notablemente. Extrapolando al perro esto indica que, en un animal de talla media, los 10 meses es la edad apropiada para comenzar y aumentar paulatinamente los entrenamientos de intensidad creciente. Si el entrenamiento se hace con los debidos controles, los efectos pueden ser insospechados. A esto se añade otro factor a tener en cuenta. Cuando se comienza a la edad adecuada el entrenamiento físico, el organismo sufre modificaciones que son indistinguibles de la base genética y confundibles con ésta, cuando en realidad son producto del entrenamiento, tales como fenómenos de más masa muscular por hiperplasia, modificaciones articulares, etc.
Todo lo escrito anteriormente, aunque de aplicación humana, es totalmente transferible al perro, teniendo en cuenta algunas variaciones importantes que hacen al animal más vulnerable a ciertas medicaciones; por ejemplo, la hepatosensibilidad, característica en los perros hace que, medicaciones que al ser humano no afectarían, le produzcan alteraciones importantes.

Los aminoácidos ramificados como alternativa a los anabólicos
Un perro que hace ejercicio o en etapas de crecimiento necesita más proteína que otro sedentario, pero el organismo puede pagar por la sobrecarga un precio muy alto, precio alto no en dinero sino en fatiga orgánica, trabajo extra para el hígado y los riñones e incrementos de la pérdida de agua y de calcio. Por eso nos podemos concentrar en la toma de ciertos aminoácidos, repito: de ciertos aminoácidos, no de todos, de los aminoácidos de cadena ramificada que son los que más influyen en la formación del músculo y en su reparación después del ejercicio.
Los aminoácidos ramificados o de cadenas dependientes (leucina, isoleucina y valina) son tres de los aminoácidos esenciales. El cuerpo no puede fabricarlos y se obtienen normalmente por medio de la comida o, extraordinariamente por vía de los suplementos. Su capacidad regenerativa está demostrada, así como el aumento de la resistencia ante las infecciones. Otros aminoácidos no tuvieron estos efectos. Pueden usarse como ayuda ergonómica o para aumento de musculatura exactamente como los anabolizantes, pero sin sus efectos secundarios. Poseen cualidades anabólicas apreciables, pero menos potentes que las hormonas.
Cuando tomamos un preparado de aminoácidos o una comida muy rica en proteínas los primeros aminoácidos que se asimilan son los ramificados. No obstante el comportamiento que siguen estos aminoácidos en el organismo en cuanto a su asimilación es muy distinto si la comida es natural o no. Si ésta es natural, los aminoácidos se asimilan todos, pues se degradan en tiempos diferentes, tengamos en cuenta que los ramificados constituyen el 70 % del total de los que circulan en el torrente sanguíneo. No es así si se toma un preparado comercial con todos los aminoácidos esenciales. Si se hace tal cosa y al ser la asimilación de todos simultánea, los ramificados (leucina, isoleucina y valina) canibalizan a los demás, es decir no se aprovechan más que estos tres, pues el músculo siente tanta necesidad de estos deja que se «coman» a los demás. Los tres tienen que tomarse juntos, pero separados de los demás.
El músculo necesita primordialmente estos aminoácidos, de hecho y después de una comida proteica, entre el 60 y el 90 % de los aminoácidos asimilados son ramificados. Si vais a dar a vuestros perros estos aminoácidos tenéis que tener en cuenta que de todos los demás aminoácidos esenciales el triptófano y la tiroxina son los que más sufren con su toma. El triptófano y la tiroxina son aminoácidos esenciales en el perro, pero no tiene objeto administrárseles cantidades extras, pues es raro que estos animales tengan deficiencias en producir serotoninas y padezcan insomnio, entre otras cosas que padecemos los humanos.
Este problema se solucionaría tomando los aminoácidos a distintas horas y fuera de las horas de las comidas del animal. El tiempo ideal para ello es de media a una hora antes de que haga ejercicio, si queréis aumentar la capacidad de resistencia del perro, a causa de la capacidad que tienen de desencadenar insulina de manera espontánea. En cambio si lo que queréis es aumentar la musculatura del perro debéis hacerlo tres horas después de terminar los ejercicios. Estos son los mejores momentos. En cada toma una dosis de mínimo dos y nunca más de cuatro gramos, tomar más es tirarlos en la orina. Por poner un ejemplo: si vais a andar en bicicleta con vuestro perro darle una dosis una hora antes y, tres horas después, la otra. De esta manera estimuláis la producción de energía antes del esfuerzo y la recuperación y aumento de músculo, después.
Otro hecho a tener en cuenta es que el ejercicio realizado por la mañana en ayunas tiende a adelgazar más que el que se hace con el estómago lleno. Tres horas después de comer es lo ideal, esto se debe a dos causas principalmente: con el estomago vacío, a la hora de levantarse, la energía se toma de la acumulación de glúcidos en el organismo y, en segundo termino, a costa de «comerse» la grasa y músculos propios, en ese momento las reservas del cuerpo son bajas, por haberse utilizado durante la noche para reposición de tejidos; la otra causa es que el ejercicio en ayunas acelera el metabolismo durante todo el día. Lo más difícil, pues, va a ser combinar las comidas, la toma de aminoácidos y el ejercicio.
Las hormonas endógenas que asisten al crecimiento, a la salud y a la reparación de los tejidos están sujetas a un reloj biológico regulado por el hipotálamo que hace que estén más activas durante el descanso nocturno y con actividad latente durante las horas diurnas. Es pues indispensable que durante las etapas de crecimiento del cachorro y del perro joven y de ejercicio intenso de estos o del adulto, se dé preferencia al descanso nocturno.

La creatina
No es un descubrimiento reciente, lo fue por un médico francés llamado Chevreul en 1832, la bautizó con el nombre de carne, en griego. En 1923 los científicos descubrieron que el cuerpo humano contiene unos 100 gramos de creatina y que el 95 % está almacenado en el tejido muscular.
Se comenzó a usar en la antigua Unión Soviética y en Bulgaria a principio de los 70. La idea de la carga de creatina procede del Dr. Greenhalf, en 1994, y consiste en administrar 20 gramos diarios durante una semana para luego tomar dos gramos diarios. Actualmente se suelen tomar dosis entre cinco y diez gramos, sin necesidad de pausas de descanso. Hasta hace poco tiempo se pensaba que había que descansar después de 12 semanas de ingestión continua como máximo. Se ha demostrado que esta cantidad no produce efectos apreciables en la persona, sin embargo puede ser la ideal para un perro de 30 kilos de peso aproximadamente.
La insulina es la hormona que regula la absorción de la creatina, después del entrenamiento hay niveles muy bajos de ésta, por eso se toma con un azúcar simple del tipo de la dextrosa o cualquier otro monosacárido. El azúcar simple eleva los niveles de azúcar en sangre lo que activa la producción de insulina para regular el posible exceso; al subir la insulina, el cuerpo está en capacidad de asimilar más creatina. Se toma inmediatamente después del entrenamiento, por ser el momento en que el cuerpo está más receptivo. No se les debe administrar ninguna otra comida hasta unos 30 minutos después de terminar el entrenamiento, cuando el cuerpo ya ha digerido gran parte de la creatina, si a la vez ingerimos cualquier otra cosa perderemos eficacia en la ingestión de la creatina. Con la dosis recomendada de entre cinco y diez gramos al día es recomendable tomar como siete veces más de azúcar. Si ésta, como suele ser normal, produce diarrea hay que reducir la dosis a dos o tres veces el peso de la creatina.
La creatina es una suplementación que no provoca efectos secundarios indeseables y que el mundillo de las autoridades deportivas no considera doping porque no puede hacerlo, y no puede hacerlo simplemente porque no consigue desarrollar un método eficaz de detección. Se trata de un suplemento nulo en calorías. Cuando se consume de manera adecuada puede ser un agente ergogénico de primer orden, pues mientras el glucógeno aumenta la retención de agua extracelular, la carnitina aumenta la retención intracelular. Actúa como el glucógeno en las células musculares y, como sabe todo el mundo, las reservas de éste hace mucho más factible el aumento de fuerza, peso y volumen muscular magro así como la velocidad de contracción muscular. Sin embargo no influye en la resistencia, aunque es muy usada por los atletas de fondo porque, como acorta y mejora los períodos de recuperación, pueden disminuirse los intervalos entre entrenamientos y, por lo tanto aumentar el volumen de trabajo y su cantidad total. Su aplicación podría ser muy interesante en el mushing y en el esquí-pulka.
El monohidrato de creatina aplicado como suplementación activa el crecimiento muscular y la actividad de las células satélite. Las células satélites son células adheridas al músculo esquelético y que pueden crear células musculares nuevas. Algunas de las otras funciones de estas células son:
1. Reparar los daños musculares producidos por el ejercicio o las lesiones
2. Conseguir agrandar las fibras musculares ya existentes.
3. Formar nuevas fibras musculares.

Carnitina
El uso de L-carnitina mejora el empleo de las grasas durante el ejercicio. Es un aminoácido no esencial cuya misión es transportar los ácidos grasos a través de la membrana mitocondrial, con objeto de proceder a su oxidación. Esto tienen un doble efecto: por una parte reduce los niveles de grasa corporal ya que aumenta la velocidad a que esta se quema, y por otra, ahorra las reservas de glucógeno muscular, pudiendo prolongar el tiempo de ejercicio sin fatiga. Esto facilita la oportunidad de perder peso por medio del ejercicio.
La L-carnitina transporta la grasa dentro de las células musculares hasta las mitocondrias para que pueda ser convertida en energía. Más energía procedente de las grasas significa más potencia, más fuerza, más resistencia y mejor rendimiento ante la fatiga y es de recordar que el perro es un animal carnívoro con gran facilidad, por lo tanto, para metabolizar los ácidos grasos.
En condiciones normales el organismo produce suficiente carnitina a partir de la lisina y de la metionina y, como otros factores adicionales, el hierro, vitaminas de grupo B, la PP y ante todo la C.
En esfuerzos largos o de intensidad submáxima la falta de carnitina es un factor limitante pues el perro utilizaría la glucosa en lugar de los ácidos grasos plasmáticos, incluso aunque estos estén disponibles.
Según experiencias con perro de trineo la dosis ideal oral sería de unos 500 mg. por cada 10 kilos de peso.
También se emplea con éxito para estimular el deseo de comer en perros inapetentes.

Conclusión
No existe duda de que la utilización de fármacos dopantes atenta contra el sentido del juego limpio. Pero con recomendaciones morales no se puede actuar contra el doping, sobre todo en una época en que el uso de algunos estimulantes como la cafeína, el tabaco, el alcohol y otros son de uso corriente entre los que se constituyen en jueces. Con lo dicho anteriormente no disculpo el uso de materias dopantes. Quiero resaltar por un lado lo inadecuado de las legislaciones que han impedido el desarrollo de la investigación, demonizando a personas que recurren a ellos y con normativas que se saltan la presunción de inocencia de los deportistas. Con relación al perro, los dos únicos factores esenciales a considerar son: la salud del animal, que debe ser cuidada a toda costa, y el falseamiento de la cría. Ningún argumento frenará a los desaprensivos pero, por si sirviera de algo un consejo, ahí va: hay que tener en cuenta que lo ideal es estimular la producción propia con un entrenamiento seguido y de alta intensidad, es decir, por métodos naturales, nunca por métodos sustitutorios, y empezar cuanto más pronto mejor.

Ética o salud
Ética deportiva y fraude: el concepto de ética en el deporte, que tiene una de las normativas con posibilidades de comparación con el mundo canino, ha variado según se ha transformado la normativa y la época. Volviendo la vista atrás a no hace tanto tiempo nos damos cuenta en que ha quedado la reglamentación que implantó el barón Pierre de Coubertin sobre el amateurismo. Cuando una normativa no está relacionada con la realidad es estúpido pretender que ésta se cumpla, por muy fuertes que sean las sanciones. Pondré un ejemplo: a los ciclistas profesionales, a unos pocos, a los triunfadores, se les remuneran con cantidades millonarias durante una vida deportiva muy corta y donde sólo cobran los vencedores. Triunfar en el ciclismo es casi imposible y los esfuerzos que se exigen a estos profesionales son brutales y muy por encima de lo que se puede pedir a un ser humano y, además, con unos espacios de recuperación insuficientes. En estas condiciones estos atletas hacen lo imposible por triunfar, por qué su vida deportiva no admite términos medios. Por eso el médico deportivo suele ser el elemento más importante y mejor pagado de un equipo ciclista y, en estas condiciones ¿es justo pedir a éstos juego limpio?
En las exposiciones caninas se juega muy fuerte con el prestigio de la relación perro-dueño-kennel y, sobre todo, con las connotaciones económicas relacionadas con el triunfo. Por desgracia esto hace que el doping sea cosa corriente entre los perros de show de todas las razas.

Intereses de individuo e intereses de especie:

La salud del animal y el propósito, intereses del individuo
Aunque no fuera nada más que por cuidar de la salud de nuestros perros habría que prestar la máxima atención a las medicaciones que les administramos. Quizá la intención fuera la clave para definir la débil línea de separación entre medicación y doping. Es fundamentalmente distinto administrar anabolizantes a un perro para ayudarle en su desarrollo o para fortalecer sus cuartos traseros para prevenir o paliar una posible displasia, que administrar el mismo tipo de medicamento para mejorar su apariencia ante una exposición. La intención es pues la que puede marcar la diferencia. De esa manera incluso una administración masiva de vitaminas sería eso, medicación o doping según la finalidad.

Los intereses del animal tendrían que ser tomados en cuenta por encima de los de sus propietarios. En la sociedad antropocentrista y con total desprecio a los derechos del animal en que nos movemos, esto es una utopía, pero toda la legislación tendría que ir encaminada a proteger a los más débiles, en este caso a nuestros animales.
La opinión de las autoridades está más encaminada a complacer a los medios de comunicación y estos, a crear noticia, que a velar verdaderamente por la salud. Los intereses de la venta de información, en los medios, y de venta y promoción de imagen, en los políticos, son los que rigen las directrices de nuestras autoridades en relación con el doping.

La actividad de crianza y los esquemas de selección genética, intereses como especie
Estos son, junto con la salud, los parámetros que deberían marcar la actuación global ante el doping. La apariencia externa, que es primordial para seleccionar a los ejemplares como reproductores, es entonces falseada con el consiguiente fraude para la elección por el aspecto de los mejores ejemplares.
Tanto los anabólicos, como los derivados arsenicales y demás medios de mejora de la apariencia, no proporcionan cualidades transmisibles genéticamente, con lo que se produce un fraude que afecta a la selección y, por lo tanto, a los intereses como especie. Este es un punto de vista que afecta exclusivamente a las especies animales cuya mejora genética depende de la selección. Importante por las implicaciones que tiene, no con un individuo, sino con toda su línea de descendencia.

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