Cuáles son los signos de maltrato animal
Schopenhauer, Schweitzer y otros pensadores y defensores de la paz, han sostenido ampliamente que quienes son crueles con los animales, también menosprecian la vida humana. Igualmente desde la psicología y la sociología se aborda el maltrato hacia los animales como una forma más de manifestación de la violencia social.
La dinámica de la violencia doméstica, que se da entre cónyuges o padres e hijos, se reproduce también cuando el objeto de maltrato es un animal. Por su condición, este se encuentra en mayores condiciones de vulnerabilidad e indefensión. La víctima en este caso no puede expresarse ni solicitar ayuda y puede terminar atado a un poste, al suelo, enjaulado o utilizado como fuerza de trabajo.
La violencia hacia los animales está fuertemente vinculada a las demás conductas violentas que se presentan a diario, incluso las estadísticas confirman que en gran medida los agresores y los condenados por diversos delitos, habían herido, amenazado o maltratado a un animal de la familia, ya sea en señal de venganza o para ejercer control psicológico.
Las diversas formas de maltrato hacia los animales van desde conductas privativas de cuidados, como la alimentación y el afecto, hasta los golpes, el abandono, el maltrato físico, la desaparición y la muerte.
Habitualmente, se observan conductas violentas hacia los animales “callejeros”, como si fueran responsables del lugar que ocupan o en los caballos que son obligados a trabajar a pesar de estar heridos o enfermos.
Recordemos que la Ley 14346 en Argentina, sanciona los actos de crueldad hacia los animales. Entre ellos, se encuentra: hacer trabajar al animal cuando no se encuentra en estado físico adecuado o cuando el peso exceda sus fuerzas, causarle heridas etc. En este sentido, los caballos utilizados para trabajos de fuerza son un fiel exponente del maltrato animal al que se refiere la ley.
La primera solución a estos signos de violencia hacia los animales es la educación. Está comprobado que los niños que están educados en la convivencia con animales aprenden a desarrollar empatía, afecto, responsabilidad; en tanto, observando conductas agresivas los niños aprenderán que ésta es aceptable hasta en el trato hacia los humanos.
Algunos de los signos que delatan que un animal ha sido víctima de la violencia, son:
- La desconfianza: hacia las personas, especialmente hacia las que no forman parte de su entorno.
- El miedo: pueden sentir temor al momento de salir a la calle, incluso cualquier ruido puede ser motivo de pánico.
- La falta de actividad física, la tristeza o una actitud depresiva, pueden ser evidencia de que el animal sufre episodios de violencia.
- Rechazo hacia ciertos objetos cotidianos, un perro o cualquier otro animal doméstico que huye de ciertos objetos o gruñe ante su presencia es probable que haya sido atacado con un objeto similar.
- La presencia de lesiones, heridas o cicatrices anómalas pueden advertir sobre la existencia de maltrato.
- El temor al abandono o del alejamiento del dueño, caracteriza al animal abandonado y se conoce como ansiedad por separación. En este caso, suelen perseguir de un modo extremo a los dueños cuando advierten que se preparan para salir de la casa.
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