Raza Pug o Carlino – Pequeño Perro de Compañí­a

Raza Pug o Carlino

PUG O CARLINO:  Canis familiaris

Familia: Cánidos.

Orden: Carní­voros.

Clase: Mamí­feros

Pequeño animal de compañí­a incongruentemente atractivo, tal vez gracias a su primera impresión de fealdad y desproporción, que queda completamente anulada al mostrar sus magní­ficas cualidades de compañero y guardián. La alzada, a la cruz, no establecida en el estándar, suele permanecer por debajo de los 30 cm y el peso puede estar entre los 6.300 y 8.000 g. La cabeza de este 'mastí­n miniatura' o 'pug' es amplia, esferoidal, de estructura pesada, con hocico chato, plano, trapezoidal y truta alineada vista de frente, con la recta imaginaria, que une la parte inferior de los ojos éstos son oscuros, grandes y 'saltones'. Las orejas, de nacimiento alto, son triangulares, muy finas y cuelgan a los lados del cráneo. La piel de la testa se arruga en una serie de pliegues, muy caracterí­sticos. El cuello parece más corto de lo que es en realidad, por la particular papada de la despegada piel y se ensancha al unirse al tronco, robusto y corto, de tórax
ancho, que desciende por debajo de los codos, con costillas abarriladas riñones fuertes y vientre ligeramente retraí­do.

Las extremidades anteriores son poderosas, cortas y rectas, con pies caracterí­sticos; el par posterior tiene muslos largos, enjutos, de osamenta recia y tendones prominentes. La cola se enrolla en dos anillos apretados, que se elevan apoyados sobre la grupa. El pelo, corto, fino y liso, puede tener color plateado, arena o albaricoque, con máscara y orejas negras, aunque también se admite el negro uniforme.  Procedente de antiguos perros chinos, similares a los utilizados para las peleas, es importado a Holanda y de allí­ a Inglaterra, donde se fija la raza, otorgándole nacionalidad británica.

Longevidad: Pueden superar los trece o catorce años, pero numerosos ejemplares mueren prematuramente alrededor de los ocho, aquejados por tumoraciones hepáticas e intestinales.

Alojamiento: Clásica raza de compañí­a, precisa vivir en ambiente humano, rodeado del cariño y las comodidades que le proporcionan sus amos.

Alimentación: Es un error muy frecuente ofrecer al carlí­n alimentos condimentados al gusto humano, que tal vez puedan provocar o favorecer la tendencia a las tumoraciones precoces. Carne magra cruda o  pasada' por la plancha, arroz hervido y verduras se han demostrado ideales para una dieta equilibrada, nunca excesiva. Una vez a la semana debe ingerir una cucharadita de las de moka con aceite crudo de oliva o maí­z, aderezando su ración.

Carácter y comportamiento: Ladrador, agresivo con los extraños e incluso mordedor, es vivo, afectuoso con sus amos, con los que se encariña de manera 'pegajosa' e incondicional. Muy sensible a los malos tratos, se dice que puede morir de 'tristeza'.

Cuidados: Cepillado suave, a 'guante', de la capa y baños oculares con agua de manzanilla cada seis o diez dí­as, así­ como limpieza de oí­dos con un bastoncito ótico, impregnado en aceite de almendras.

Reproducción: Siguiendo las normas generales, han de extremarse los procesos de selección de reproductores, ateniéndose, cuando sea posible, a la longevidad de los antecesores, así­ como a la ausencia de alteraciones oculares y lesiones tumorales de las visceras.

Enfermedades: Casi todos los ejemplares de esta raza muestran una hipersensibilidad cutánea, que les hace proclives a lesiones dérmicas de diversos orí­genes.

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