Pez Jilguero Carácidos Fáciles de Reproducir

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Pez Jilguero Carácidos Fáciles de Reproducir

Pez Jilguero: Pristella riddlei

Familia: Carácidos.

Orden: Cipriniformes.

Clase: Peces óseos

Descripción y origen: Es uno de los carácidos más fáciles de reproducir y mantener en acuarios climatizados. Con una longitud máxima de 4 a 5 cm, tiene cuerpo comprimido lateralmente con perfil biconvexo. La cabeza, de buen tamaño, tiene boca prominente con la mandíbula inferior más sobresaliente que la superior, dotadas ambas con dientes en forma de sierra. Los ojos, circulares, tienen iris ancho dorado-cobrizo, muchas veces surcado por una estrecha banda vertical pardo oscura. La aleta dorsal, estrecha, alargada, ostenta unas manchas amarillas, negras y blancas características, mientras la caudal, bilobulada se tiñe de un rojo vivo en los ejemplares adultos, perfectamente aclimatados.

La aleta anal, bastante amplia, se prolonga en sus primeros radios en una punta peculiar.  Ambos sexos presentan similares formas y coloración variable según la adaptación al medio o el estado de ‘ánimo’, por lo que se hace muy difícil la separación segura de una verdadera pareja. Viven libres en cardúmenes más o menos numerosos de los cursos de agua nítidos, atemperados, muy ricos en vegetación de Venezuela, Guayana y cuenca del alto Amazonas.

Longevidad: Entre dos y tres años, excepcionalmente más en óptimas condiciones de mantenimiento.

Alojamiento: Un pequeño banco de l0 a 12 ejemplares, puede ser mantenido en un reducido acuario de 40 1 de capacidad mínima, con suelo espeso que permite una abundante plantación de vegetales en fondo y rincones. El agua, de dureza variable 6-16 DH neutra o ligeramente ácida, pH = 6,5-7,2, debe mantenerse entre 23-28 C, considerándose el óptimo 25-26ºC. El filtraje, de máximo rendimiento, ha de asegurar la transparencia del medio cuya iluminación débil estará además tamizada por un tapiz de vegetales flotantes, como riccia y salvinia.

Alimentación: Omnívora, debe incluir comida seca del comercio, de buena calidad, reducida a diminutas partículas y presas vivas de pequeño tamaño.

Carácter y comportamiento: Muy movidos, pero no ‘invasores’ parecen llenar con su sola presencia un acuario de carácidos. Pueden compartir el hábitat del recipiente con otras especies no agresivas de la misma familia.

Cuidados diarios: Mantenimiento de las constantes, suministro de alimento vivo y sifonado periódico del agua del fondo, reponiendo con otra nueva exenta de cloro y adaptada a las exigencias del medio.

Reproducción: El mayor problema respecto a la cría de este pececillo estriba en la identificación de una pareja de adultos, aunque puede incluso intentarse con dos machos y una hembra o dos hembras y un macho. Se prepara un acuario de 25-40 l con fondo de bolas de vidrio sobre un filtro de placa. Encima de las cuentas de cristal se dispone una capa de esponja de naylon de 3 o 4 cm de altura, mientras fondos y rincones se tupen con manojos de cabombas, elodeas y ceratópteris. Se llena el recipiente de cría con la mitad de agua del general y la otra mitad de agua nueva, pH: 6,5; DH: 7-10 DH, que se atemperara progresivamente hasta 27ºC. Mientras, los futuros padres recibirán una dieta especial de alimento vivo. Finalizada la puesta se retira la pareja dejando sola la cría, que nacerá a los dos días. Los alevines deben nutrirse con abundantes infusorios, y más tarde, con nauplius de artemia salina.

Enfermedades: Muy sensibles a las afecciones más comunes, deben protegerse en tanques bien climatizados, sometidos a dieta rica y variada.

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