¿ Por qué los perros dan vueltas antes de echarse en el piso ?

Por qué los perros dan vueltas antes de echarse en el piso
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Por qué los perros dan vueltas antes de echarse en el piso

¿Quién de nosotros no presencia a diario las tantas vueltas que dan los perros antes de echarse a dormir o a descansar? Pero ¿por qué lo hacen? Sin duda no es una manía, sino un ritual que tienen y que realizan de manera ancestral, es decir que dese un principio el perro ha llevado a cabo este procedimiento antes de echarse. De acuerdo a diferentes investigaciones, esta herencia la ha adquirido del lobo y este es un “gesto” que todos los perros tienen. ¿Qué significa este ritual? El perro al dar vueltas, está observando si no existe ningún peligro en sus alrededores, es un instinto que tiene de supervivencia y es por ello que examina minuciosamente el lugar antes de acostarse. Lo que ellos creen que puede ser un  peligro se trata de la posible existencia de hierbas peligrosas, insectos u otro objeto que pueda echar a romper su descanso.

También se dice que estas vueltas le sirven al can para lograr acomodarse mejor al sitio que han elegido para echarse y así marcarlo como territorio propio.  Por otro lado, podremos notar que siempre que realizan este ritual lo hacen una vez que ya comieron o hicieron sus necesidades. Ahora bien, si el perro hace esto y además trata de morderse el rabo es posible que sienta miedo o que no desee estar sometido a echarse en el sitio que le queda como única opción. Allí sería necesario indicarle otros sitios en dónde se pueda acostar y quizás se sienta más cómodo.

Además notarán este mismo rito en el can cuando esta por defecar, y  una vez más lo hace para custodiar y asegurarse de que no exista amenaza alguna a la vista. Así que a no alarmarse ni preocuparse, es un comportamiento de todo perro que se considera como sencillo y que es exclusivamente de herencia genética. Esta conducta del perro equivaldría a cuando nosotros cruzamos la calle y ante el peligro de que nos pueda atropellar un auto, miramos a ambos lados antes de hacerlo. Lo mismo hacemos cuando no sentamos en el banco de una plaza. Nada fuera de lo normal. Claro que si este comportamiento se vuelve obsesivo, es decir si lo repite con mucha frecuencia y como se dijo más arriba, mordiéndose el rabo habrá que consultar con el veterinario qué tipo de temor está expresando la mascota para así solucionar esa ansiedad que nos demuestra.

Hay razas que no dan tantas vueltas como por ejemplo los caniches, que viven dentro del hogar, y que ya tiene su lugar para dormir y hacer sus necesidades de manera tranquila. Lo importante es que no se toquen el rabo. En algunas ocasiones pueden llegar a cortárselo ellos mismos, pero para que esto suceda debe existir previamente un hecho traumático que el perro no ha podido superar y esto lo podemos asociar con el artículo que encontrarán acerca de los traumas psicológicos en las mascotas. Por el resto no se inquieten.

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