Mascotas abandonadas en grandes ciudades. Una situación que nos preocupa.
En lo que a las mascotas respecta, en las grandes ciudades hay un cuadro que se repite: el de perros y gatos vagando por las calles a su suerte. El ritmo de vida frenético de las ciudades, hace que muchas personas directamente se desentiendan de sus animales al ver que requieren ciertos cuidados y dedicación. Mucho tiene que ver los hábitos consumistas que nos atrapan cada día más, pues hay quienes no logran diferenciar entre un animal, un ser vivo que sufre y tiene necesidades, de cualquier artefacto de los tantos que compramos para luego darle poco o ningún uso. Así, se encuentra un gran número de mascotas abandonadas en grandes ciudades.
Un factor más que contribuye a ello es que en ciudades grandes, las mascotas pueden extraviarse fácilmente. Y que muchas mascotas no están esterilizadas, por lo tanto su cría es librada a su suerte en cualquier rincón de la ciudad, ante la imposibilidad de sus dueños de hacerse cargo de ella.
Una perra y su descendencia, en 7 años habrán procreado 5.432 cachorros, y una gata, 509.097. Por ello, si no se desea o no se puede tomar responsabilidad por la cría de nuestra mascota, es importante castrarla antes de su primer celo, así no tendremos que lamentar un embarazo no deseado y una camada de cachorros o gatitos que luego será desatendida.
En efecto, hay personas muy crueles incapaces de ver que un perro o gato es un ser que padece y tiene sensibilidad. No es un objeto del que podemos deshacernos si nos aburrimos. Además, hay que contemplar otras situaciones,
En los años de la crisis mundial posterior a 2008, muchas personas se veían obligadas a dejar su casa tras perderla, y en la mudanza muchas veces no podían llevar a sus animales, pues se trasladaban a un lugar donde no tenían espacio o no estaban permitidos. También, en casos más graves, hubo quien abandonó a su mascota ante la imposibilidad de mantenerlo, darle alimento y atención veterinaria.
Como decíamos, es un fenómeno frecuente en grandes ciudades, donde influyen los cambios de domicilio, la pérdida de interés por el animal y el comportamiento problemático de la mascota. En el caso de los gatos, las alergias y los embarazos suelen ser las principales causas de abandono. Las vacaciones sólo originan el 2,6% de los abandonos, más allá de lo que se suele pensar.
Los refugios suelen estar atestados, y muchas veces funcionan únicamente por el trabajo voluntario de quienes se sensibilizan por los animales abandonados. Las campañas públicas de castración y la obligación de colocar el chip identificatorio para no extraviar la mascota, ha ayudado a reducir esta población de animales callejeros en muchas urbes. Sin embargo, es necesario profundizar en las campañas de sensibilización, que permita que las personas se hagan cargo de sus animales.
Es necesario además fomentar la adopción de animales abandonados, ya que de esta manera se ayuda a darles un hogar. Al mismo tiempo, se podría terminar con el maltrato de aquellos perros y gatos que se los tiene sólo para fines reproductivos, muchas veces en lamentables condiciones y con serios perjuicios a su salud y bienestar. Por ello, las autoridades realmente deberían intervenir en los controles a la cría y venta de animales por parte de particulares, pero también en tiendas y criaderos. Si no se estimula la cultura de la adopción responsable de animales, se deja el camino allanado a la compra compulsiva y caprichosa de mascotas, que deriva en abandonos.
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