El color de los canarios

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El color de los canarios

Clasificación de los Canarios por el Color

Durante los cinco largos siglos en que se han criado canarios en cautividad, son muchas las variedades que se han obtenido y varias son las opciones para seleccionar esta familia de aves. Las más destacadas son las relacionadas con el pigmento de su plumaje y con el canto, aunque también se tienen en cuenta la cresta, su postura, el rizo y la forma.

Se distinguen cuatro colores fundamentales: verdes, canelas, blancos y amarillos. Fue en Holanda donde se dio origen a uno de los colores melánicos hoy fundamentales en canaricultura: el ágata. Se denominan Ash Gray y, al parecer fueron los primeros ejemplares de un grupo de hembras nacidas de canarios verdes. Con los oportunos cruces se fijó la mutación y ese logro animó a los criadores a multiplicar las experiencias.

En la actualidad, se consideran ocho colores básicos en la clasificación de los canarios por el color: ágata, bromo, Isabella, negro y verde (entre los colores melánicos), amarillo, blanco y rojo (entre los lipocromos).

Con estos colores como base, son casi incontables las variedades de color y de dibujo que presentan en la actualidad los canarios, tanto en los pigmentados (con base marrón o negra) como en los no pigmentados (lipocromáticos) o los que, a su característica básica de pigmentados, suman algún color lipocromático, es decir, de tonalidad distinta a la negra y marrón.

Debido a la cantidad de cruces que se practican en esta especie, la diversidad cromática es abundante.

En 1908, en Nueva Zelanda, aparecieron los «blancos», nacidos de amarillos ne­vados, por lo que se los denominó «recesi­vos». Son unos pájaros que llevan, unido al color de sus plumas, la característica de que no pueden sintetizar la vitamina A.

En 1926, se consiguieron por hibrida­ciones los canarios de fondo rojo, ya que el canario original carece de ese color en su código genético. Se obtuvieron híbri­dos infértiles de color cobrizo, cruzando canarias amarillas con machos de talín, que carecen del factor amarillo en su código genético. Distintos cruces durante más de diez años permitieron obtener unos canarios con factor «rojo» que, con una alimenta­ción adecuada, tienen nidadas de canarios con una coloración roja muy brillante.

Ya entre 1950 y 1960 se lograron tres nuevas mutaciones hoy presentes en todas las se­lecciones por el color: «marfil», «pastel» y «opalino». Ya en 1963, esta vez en Bruselas, se consiguió una nueva mutación, con el lla­mado factor «ino». Tenía los ojos rojos y brillantes pese a que su aspecto general era el de un canario de factor «pastel‑lsa­bel» con algo de marrón. En 1966, en Ita­lia, se consiguieron los primeros canarios con factor «alas grises», una variación de los de factor pastel. En 1967 y en Argen­tina, surgió una nueva mutación, el cana­rio de factor «satiné », con ojos rojos. En los años ochenta del pasado siglo, se ob­tuvieron los primeros ejemplares de ca­narios con factor «topacio», llamados «de melanina central», una variedad que se consideró oficial a partir de 1939. En la actualidad, hay canarios topacios tanto entre los «negro‑marrón» como entre los «ágata».

Fuente del artículo: articulo.org

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