Loro de Meyer o Yuyú de Cabeza Chocolate – Loro de África

Loro de Meyer o yuyú de cabeza chocolate
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Loro de Meyer o Yuyú de Cabeza Chocolate

Loro de Meyer: Poicephalus meyeri

Familia: Psitáceas.

Orden: Psitaciformes.

Clase: Aves

Descripción y origen: Poco conocido y mal denominado yuyú de cabeza chocolate, este precioso lorito africano puede alcanzar una longitud de 25 cm. La cabeza, con pico ancho, robusto, de mandíbula superior ganchuda más larga que la inferior y color gris plomo, tiene ojos circulares de pupila negra e iris rojizo. El cuerpo, esbelto, de alas poderosas, termina en cola mediana, formada por plumas rectilíneas. Las patas cortas, son escamosas de color gris variable en tarsos con tibias emplumadas.

No presentan dimorfismo sexual que permita distinguir los adultos, ya que ambos sexos tienen cabezas, alas y dorso de color gris herrumbroso, achocolatado, con una mancha amarillo anaranjada en la testa y otras más nítidas en los hombros. El vientre es verde azulado, que continúa en flancos y parte superior de las patas. El obispillo tiene un tono azul casi celeste. Viven libres, en grupos más o menos numerosos frecuentando zonas arbóreas aledañas a sabanas de Africa Central, al sur del desierto del Sahara.

Longevidad: Se desconocen datos exactos, aunque superan con cierta facilidad dieciocho e inclusive veinte años de edad.

Alojamiento: Muy apreciados para pajareras exteriores, abrigadas o climatizadas durante las estaciones frías, son también huéspedes agradecidos de la habitación-pajarera. La temperatura mínima recomendable no ha de descender por debajo de 15 C, aunque gradualmente se aclimaten a climas suaves mediterráneos. Las cajas anidaderas de madera deben situarse estratégicamente en los jaulones a razón de dos o tres por cada pareja y es esencial que no exista superpoblación.

Alimentación: Granívora y frugívora, incluye también verduras frescas, brotes de árboles, etc., Una buena mezcla de semillas de trigo, girasol, cacahuete, calabazas y guisantes, complementada con hojas de lechuga, diente de león, trocitos de manzanas o peras será suficiente para mantener el buen estado de estas aves. Un ‘hueso de sepia’ colgado en un lugar accesible les proporcionará la cal y sales suficientes. Como golosinas: pan duro, galletas y ‘bizcotes’ podrán ser ofrecidos esporádicamente y en pequeñas cantidades.

Carácter y comportamiento: Ruidosos, alegres, muy movidos, no deben ser mezclados con otras aves a las que pueden molestar y agredir. Como animales ‘aislados’ aprenden pronto a situarse semilibres en la percha, pero no llegan a imitar la voz humana ni tan pronto ni con la misma facilidad que otras especies.

Cuidados diarios: Suministro de agua y alimentos, que habrá de combinarse con una limpieza obsesiva de las pajareras. Las cajas-nido serán ‘desinfectadas’ o destruidas después de cada nidada o cada seis meses, si los animales aún no criaron.

Reproducción: Son uno de los ‘loros’ más prolíficos y fáciles a excepción de los periquitos ondulados. La formación de parejas es tal vez el único problema que podemos encontrar. De un grupo de seis o siete animales, cuanto más jóvenes mejor, que se soltarán juntos en una pajarera, se irán retirando cuidadosamente las parejas que se vayan eligiendo, aunque hayamos de esperar para estar seguros a que frecuenten una de las l0 ó 12 cajas-nido situadas al efecto. La incubación dura unos veinticinco días y los pequeños abandonan el nido aproximadamente al mes y medio de edad.

Enfermedades: Muy propensos a enfriamientos, pueden contraer todas las afecciones comúnes a las psitáceas.

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