Bull Terrier Miniatura
Bull Terrier Miniatura: Canis familiaris
Familia: Cánidos.
Orden: Carnívoros.
Clase: Mamíferos
Descripción y origen: Como un modelo reducido de su poderoso ‘hermano mayor’, este perro tiene una alzada máxima que no debe superar los 35,5 cm, con un peso que siempre será inferior a nueve kilogramos. La cabeza, muy ancha, con perfil de huevo y aspecto bestial, carece de escotadura nasofrontal, tiene frente muy escasa y hocico poderoso con dentadura impresionante. Los ojos, pequeños, hundidos se sitúan altos, menos oblícuos que los de la raza gigante. Las orejas, triangulares, no muy grandes, son llevadas erguidas.
El cuello, sin papada, es robusto y fuerte, uniéndose con un tronco proporcionalmente más corto que el correspondiente a la raza originaria, con tórax ancho, profundo, de costillas abarriladas y dorso recto que se curva hacia la grupa. Las extremidades, rectas, poderosas; tienen amplias paletillas en el par anterior, y muslos extraordinariamente musculosos, en el posterior. La cola, de longitud moderada, es gruesa en la raíz y se afina hacia la punta, siendo llevada casi siempre horizontal. Exceptuando el peso y la talla, el estándar de la raza es idéntico que el de su pariente mayor, si bien la cabeza nunca ofrezca la impresión de brutalidad y fiereza debida a la desproporción relativa entre las distintas partes del cuerpo. Procede de una selecciún del Bull terrier, que comenzó a finales del pasado siglo en Inglaterra cruzando los ejemplares más pequeños, sin aportes de otras razas, hasta conseguir este perro ‘de bolsillo’
Longevidad: Doce o trece años.
Alojamiento: Aunque puede adaptarse a vivir en una caseta perfectamente acondicionada, emplazada en un jardín o zona abierta, prefiere la comodidad de la vida en el interior de la vivienda de sus amos, sobre una alfombra o cojín viejo, que hará las veces de cama. A pesar de este ‘aburguesamiento’ relativo, necesita realizar frecuentes paseos diarios en los que desfogar su temperamento.
Alimentación: Requiere una dieta cuidadosa, rica en proteínas proporcionadas por carne magra. cuya riqueza calórica se estima en 700-750 Kcal diarias, como ración de mantenimiento. Muy propensos a la obesidad, su incesante voracidad les hace comer mucho más de lo que necesitan, por lo que se hace imprescindible obligarles a realizar ejercicio moderado diariamente.
Carácter y comportamiento: Mantienen idéntico carácter básico que sus parientes grandes. Valientes, agresivos, tenaces, insensibles al dolor e inconscientes del peligro, son magníficos guardianes, que se encariñan casi obsesivamente con sus amos, despreciando el temor que pudieran causarles los extraños, sean personas o animales. Su ferocidad les hace malos compañeros de otros perros, con los que siempre estarán dispuestos a pelear.
Cuidados diarios: Además de los cepillados ,’guante’ del pelaje, debe procurarse que realicen ejercicio moderado a base de largos paseos cotidianos, cuanto más frecuentes mejor.
Reproducción: Resulta prioritario seguir estrictamente las normas para elección de reproductores tanto por la perfección morfológica como por el equilibrio del carácter, imprescindible para estos pequeños ‘volcanes caninos’.
Enfermedades: Además de ciertas dolencias hepáticas y cardíacas que suelen aquejar a los animales con más de siete años de edad, se presentan con cierta frecuencia lesiones discales y reumáticas.
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